mardetruenos
sábado, 29 de enero de 2011
Brazadas solidarias en el Estrecho de Cook
Imagen satellite de Nueva Zelanda, con el estrecho de Cook en medio.
Ahora recuerdo los momentos que dedicaba a contemplar el Mar de Tasmania con fascinación: lo miraba y sentía una extraña atracción que no comprendía. Muchos años después comencé a realizar grandes travesías, y poco a poco fueron volviendo a mi las imágenes y los recuerdos de aquella extraña sensación que surgieron en aquel primer encuentro con el Canal de Cook. Tras haber planeado y completado el cruce de otras grandes travesías de aguas abiertas, ahora comprendo mejor esa extraña sensación, que era una mezcla de respeto, admiración, así como una irrefrenable atracción por sentirme parte de el, no de “conquistarlo”.
La travesía comprende unos 36 Km. (dependiendo de la deriva) entre grades corrientes, frías y bravas aguas (entre 14 y 19 Celsius), y abundante vida marina. La travesía la completan una media de tres nadadores por año, aunque son muchos mas los que lo intentan y han de abandonar por motivos que comprenden desde ritmo inadecuado a hipotermia, y pasando por un cambio desfavorable de las condiciones meteorológicas. Los tiburones hacen acto de presencia en el 20% de los intentos, aunque no se han producido ataques, habiendo sido las medusas un mayor problema hasta la fecha.
Imagen del Estrecho de Cook
Barrie Devenport, primer nadador en cruzar el estrecho de Cook.
Esta travesía es la cuarta de un grupo de siete, conocidas como las “Siete del Océano” (Ocean’s Seven). Este selecto grupo comprende las travesías de aguas abiertas mas emblematicas del mundo, que hasta el día de hoy no han sido conquistadas en su conjunto por ningún nadador.
Como en mis otras travesías, mi objetivo personal no es demostrar fortaleza física, sino buscar un modo de ser parte del medio excepcional, generoso y bello que es el Océano, mediante una vía de esfuerzo, sacrificio y perseverancia que, a mi personalmente, me han abierto un camino de felicidad a través de la amistad y el respeto por la naturaleza.
En estos momentos estoy embarcado en un proyecto con la Fundación Vicente Ferrer que pretende utilizar estos eventos deportivos para dar a conocer el compromiso adquirido por la Fundación Vicente Ferrer con la mejora de las condiciones de vida de las comunidades más desfavorecidas de Andhra Pradesh. En particular, vamos a promover la recaudación de fondos para la construcción de viviendas dignas que: “devuelvan a los campesinos dálits, tribales y pertenecientes a las castas más desfavorecidas la seguridad de saber que cuentan con una propiedad que les protege y que les une a su tierra y a su comunidad”
Esto se articulara abriendo la posibilidad de realizar bien donaciones únicas, bien comprometiéndose a donar una cantidad por cada metro finalmente nadado durante la travesía, que depende fuertemente de las condiciones reinantes durante el evento.
En caso de éxito, ello nos dejaría a tres travesías de lograr por vez primera el cruce de los “Siete del Océano”, y en cualquier caso esperamos que estos eventos nos permita darle la máxima proyección posible a los mensaje de respeto, sostenibilidad y solidaridad que se han mencionado.
lunes, 30 de agosto de 2010
Travesía Peniche islas Berlengas (Portugal)
El sábado dia 7 de agosto conseguí finalizar una travesía a nado en Portugal. El apasionante recorrido fue del pueblo de Peniche (Playa de Baleal) a la isla de las Berlengas. Este reto me rondaba la cabeza desde hacía mucho tiempo, aunque bien es verdad que tengo otra gran multitud de ellos para nadar en los más sugerentes rincones del mundo. Algunos podré llegar a conseguirlos y otros puede ser que no, pero éste SI lo he logrado. Todo ello ha sido posible gracias a mi gran perseverancia, dedicación y entrenamiento durante todos los días de mi vida. Creo que la gran virtud que poseo es compaginar mi vida laboral, personal y deportiva de una manera coherente, transformando sacrificio en pasión, cansancio en ánimo, aburrimiento en alegría…
Parece contradictorio, pero cuantas más dificultades y adversidades plantea una travesía, más interés nace en mí por vencerlas. Es por ello que esta travesía tenía muchas razones para llamar mi atención, ya que destacaban dos grandes obstáculos en la misma: las fuertes corrientes y la baja temperatura del agua (14 ºC, esta es la temperatura que nos encontramos en las playas malagueñas en pleno invierno), pues en todas las aventuras en las que me embarco no me sirvo de la gran ayuda que proporciona un traje de neopreno.
La principal duda que asaltaba mi mente era si podría efectuar este recorrido, ya que nadie había podido concluirlo con anterioridad. Dialogando con las personas más experimentadas del pueblo en temas relacionados con la mar, me auguraban pocas facilidades para finalizarla con éxito, lo cual creaba en mi mayor incertidumbre pero más ganas aún de intentarlo.
En esta zona de Portugal encontramos en verano las famosas “nortadas” o vientos producidos por el anticiclón de las Azores, de una fuerza y constancia que puede acabar dando al traste con este gran desafío.
En esta región de Portugal el mar tiene una fuerza abrumadora, de ahí que se celebre uno de los campeonatos de surf más importantes del mundo. Durante la travesía pude comprobarlo, al encontrarme olas de entre 1,5 a 2 metros de altura.
El entorno donde se efectúa el recorrido es mágico. La isla de las Berlenga es una de las siete maravillas de Portugal y el tener la suerte de disfrutar de su belleza embaucadora es un regalo a la vista.
El sábado salí a las 12 de la mañana de la playa de Baleal con mi buen amigo Miguel Arrobas, experto nadador nacido en nuestro país vecino. Esta playa se encuentra al Norte tanto de Peniche como de la Isla que pretendíamos alcanzar. En un principio, comenzar el reto enfrentado a la isla no parecía viable, ya que las fuertes corrientes y los vientos nos llevarían lejos de la misma. Por ello calculamos la distancia de salida para que la deriva no nos alejara mucho de nuestro destino.
Al comenzar la travesía quede muy sorprendido por la gran afluencia y expectación que había causado en la población local, ya que acostumbro a comenzar y finalizar en una solitaria y poco frecuentada playa. La pena es que la casi totalidad de periodistas que nos acompañaban en sus embarcaciones tuvieron que regresar a puerto, pues sufrieron fuertes mareos acompañados de náuseas producido por la naturaleza agitada de este mar.
Nos sorprendieron fuertes y duras corrientes en la costa, lo que ralentizó la marcha, aparte de las pequeñas paradas programadas para el avituallamiento en el mar. Una vez abandonada la zona costera nos encontramos con varios contratiempos comunes en este sorprendente deporte: por un lado las grandes olas, siendo éstas muy molestas al romper el ritmo de nuestro bracear constante; por otro las corrientes con distintas temperaturas que minan tu estado físico y mental; y por último el decaimiento junto con náuseas de Miguel.
Durante la travesía nos encontramos innumerables cangrejos rojos nadando en la superficie, que desaparecían en el fondo al acercarnos. Esta anécdota me distrajo mucho de las inclemencias que estaba padeciendo, llevando mi cabeza a pensar que podría ser capaz de terminar la hazaña. La parte final era el maravilloso regalo a tantas penurias y sufrimiento. La protección que nos otorgaba la isla nos robó el viento y las corrientes, con lo que simplemente teníamos que nadar y ver como cada vez se hacía más y más grande la isla, pudiendo tocar tierra firme cinco horas después de haber comenzado esta inigualable aventura.
Una vez terminada la travesía, le encuentras un sentido a todo el esfuerzo que has realizado y estás exultante de felicidad, pero mientras estas nadando te asaltan muchas dudas de si vale la pena pasarlo tan mal. ¿Qué explicación tiene estar nadando en un mar donde no ves la costa ni delante ni detrás y solo ves la línea del horizonte? Sientes mucho frio y te encuentras exhausto. Contrariamente a lo que uno puede meditar, lo primero que pienso cuando termino de nadar es: ¿cuál será la próxima travesía?, porque ya me ha desaparecido todo recuerdo de frio, cansancio y dudas. Ahora solo tengo en mente mi próximo reto que, como no, aún irá un poco más lejos que éste pues duplica su longitud y dureza. Será el intentar cruzar el mítico estrecho de Cook, el cual separa las dos islas de Nueva Zelanda. Muy pocas personas han podido lograr con éxito este paso, dada la dureza extrema de estas aguas, que seguro podan al límite mis cualidades físicas.
Con las travesías que he realizado hasta el momento no solo he querido demostrar una gran fortaleza física y mental, sino ir más allá, dándole un sentido mucho más profundo, entrando a formar parte el esfuerzo, el sacrificio, la perseverancia, la amistad, la felicidad. Todas ellas relacionadas con muchas otras facetas de la vida que son las que he intentado encender o avivar en otras personas. Esforzándome siempre en cambiar la frase “¿Por qué?” por la de “¿Por qué no?”.
Siempre les estaré agradecidos a mis amigos y ayudantes en la travesía: Javi, Nuno y Gonzalo. Esta experiencia ya siempre será para nosotros.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Una visión más personal
domingo, 13 de julio de 2008
Acompañando al Pacifico
El reto que estoy preparando en la actualidad es el paso del Canal de Santa Catalina (California EEUU), con el asesoramiento y dirección de la Catalina Channel Swimming Federation, asociación Californiana dedicada desde hace muchos años a preparar esta travesía. Dado el alto coste económico que conlleva el intento, la ayuda financiera que pueda conseguir será clave en la consecución de este reto. Para mis anteriores travesías he contado con el apoyo económico de las empresas UBAGO, EGMASA y OTEROS SPORT: la primera es una conservera, la segunda es la entidad donde desarrollo mi vida profesional como Ingeniero Técnico Forestal y la tercera es una empresa de venta de material deportivo en tiendas de deportes. Es de rigor señalar cuan agradecido estoy a estas empresas no solo por su ayuda financiera (que fue imprescindible para el planteamiento de los retos), sino también a su interés y preocupación personal, lo cual me ha servido de acicate para no perder la ilusión en ningún momento.
A día de hoy estoy asesorado y controlado por la Catalina Channel Swimming, Federation, la cual pone a mi disposición embarcación y personal con amplia experiencia en este tipo de travesías, lo que garantizara el adecuado desarrollo de tan especial reto. Por ende esta asociación certifica los pasos efectuados con éxito siempre que la amplia lista de exigencias fueran rigurosamente observadas por el nadador y su equipo, entre las que destacaría el control antidopaje, la imposibilidad de usar medios que ayuden y favorezcan al avance como por ejemplo aletas, trajes especiales, boyas, arrastres con embarcación,…etc.
La asociación dispone de una página web en la que se puede encontrar muchísima información desde los primeros pasos (realizado el 15 de enero de 1927 por George Young) hasta los modelos de embarcaciones y pilotos que tienen a disposición de los nadadores: http://www.swimcatalina.org/
Las dificultades más destacables de esta travesía son:
- La temperatura de agua que ronda los 15 grados, comparables con la temperatura que nos podemos encontrar en pleno invierno en las costas andaluzas. Al no llevar ninguna protección frente al frío, salvo una fina capa de vaselina con lanolina que en realidad esta permitida únicamente para reducir las rozaduras que provoca el agua salada, el desgaste físico se multiplica debido al consumo energético que supone al cuerpo el intentar mantener la temperatura corporal.
- Las corrientes que existen en el canal. El transvase de grandes masas de agua a través del estrechamiento natural que supone el Canal produce corrientes que tienen una gran fuerza, y que en algunos casos ni las embarcaciones de recreo pueden vencer.
- La distancia total a nadar es de 21 millas náuticas, lo que se traduce a unos 39 km desde el punto más cercano entre una costa y la otra. Dadas las condiciones de las corrientes y vientos del oeste que se crean, la distancia a nadar aumenta, calculándose una media de 45-50 km. Esto se traduce en un desconocimiento de la distancia total a cubrir, creando una incertidumbre sobre del tiempo total de esfuerzo a realizar durante el cruce. No obstante, una media orientativa esta en torno a 14 horas.
- Otros problemas, aparte de los que siempre te preguntan (los tiburones que en este caso no existe ningún caso de ataque documentado aunque si de barracudas) se encuentra en el intenso tráfico marítimo, lo que supone que muchas de las travesía se tengan que realizar durante la noche.
- Por ultimo, cabria destacar la presencia en esta agua de grandes medusas.
La preparación que estoy siguiendo este último año la realizo tanto en el mar, como en la piscina, así como ejercicios en seco de pesas, carrera y bicicleta. Para compaginar los entrenamientos con el trabajo realizo la primera sesión de entrenamiento a las 6:30H de la mañana antes de entrar a trabajar, a lo que añado durante la tarde a las 8:00H otra sesión en el agua acompañada de ejercicios en seco. Realizo entre 10 y 12 km al día de nado continuo.
Los días previos al paso, los entrenamientos que realizo son sobre todo de aclimatación estando ya en el lugar de partida (Los Ángeles, California) y durarán alrededor de una semana. Por ultimo, el día anterior a la prueba realizare simplemente un rato de nado suave.
La alimentación es una parte fundamental del entrenamiento y muy especialmente los días previos a la prueba y durante el mismo se torna imprescindible para terminar con éxito la prueba. Los días antes a la prueba la ingesta de alimentos tiene que ser con un alto valor en hidratos de carbono. Durante la prueba el objetivo es reponer en la medida de lo posible el gasto energético y aunque parezca un contrasentido evitar la deshidratación mediante el aporte de bebidas con sales minerales, hidratos de carbono, numerosas vitaminas y aminoácidos, barritas de fruta. La toma de alimentos la realizare cada hora, siempre y cuando no este dentro de una corriente en la cual no se puede parar de nadar para no deshacer el camino recorrido y nunca subiendo o tan siquiera en contacto con la embarcación de apoyo, lo que anularía la validez de la prueba.
Los días posteriores a la travesía el cuerpo acusa severamente el abuso al que se le ha sometido. El dolor acompaña cualquier movimiento de los brazos debido a la inflamación de los hombros. La garganta se irrita de tal manera por la acción de la sal que se despelleja, por lo que apenas puedes hablar en los días siguientes. Aparecen rozaduras en numerosas partes del cuerpo como axilas, cuello, y parte interna de los muslos que también hay que cuidar. Todo ello conlleva que la semana posterior a la prueba se dedique a la recuperación física mediante cuidados específicos y la practica de nado suave para la recuperación muscular en general.
lunes, 26 de mayo de 2008
Una brazada mas
Es difícil señalar el momento preciso en el que nace una afición, aun mas cuando esta surge a muy temprana edad. Cuando contaba con cinco años de edad repartieron unos formularios en mi clase, según nos comento el profesor, tenían que rellenar mis padres si quería ir a nadar a una piscina cercana al colegio. Esto me pareció una gran idea, y al regresar a casa les conté a mis padres con gran excitación cuanta ilusión me hacia. Ellos, por su parte, vieron que podía ser una experiencia positiva para mi formación, y me dieron su autorización (firmada) para que comenzase a participar en esta actividad. Así fue como entré por primera vez en una piscina climatizada, que en este caso tenia forma de habichuela. Pocos días antes de terminar la actividad recibimos la visita del entrenador de un club de natación a hacernos unas pruebas para decidir quienes podrían pasar a formar parte de su club, lo que supondría poder seguir nadando todo el año: he de decir que es en ese momento en el que por primera vez me sentí nervioso en una piscina. La primera de muchas, esto es, porque superé las pruebas y pasé a entrenar con este equipo.
Mirando en estos instantes hacia atrás en mi vida, y a pesar de los años transcurridos, pienso que por todos los sitios que he pasado la experiencia vivida en mi niñez fue un avance de lo que me esperaba: entrenar con tesón para rendir al máximo en las competiciones, mejorar mis marcas, y pasar unas pruebas cada vez mas difíciles que suponían escalar un escalón cada vez mas alto. Mi vida deportiva y mi vida cotidiana se entrelazan a la par que se complementan en muchos aspectos como la superación, la lucha, el sufrimiento, y el compañerismo entre muchas otras. Hasta ahora he sido capaz de compaginar muy bien mi vida deportiva con mi vida profesional, obviamente con esfuerzo, pero sin perder nunca las ganas y la motivación por superarme en todo momento.
viernes, 16 de noviembre de 2007
una piscina de truenos
Es curioso la paz y la tranquilidad que te puede transmitir una piscina en sus condiciones normales, pero en este estado tan irreal es con me gusta verla a mi. Un estado de fuerza y pura vida, en el cual a cada segundo que pasa se rompe la monotonía, creando un mundo diferente y totalmente impredecible.